El beso entre las pupilas, sucede en un bostezo, se queja de lo que no le gusta y grita entre espejos, cual de ellos es su reflejo y al no encontrarlo, esculca en su mente, cuestionando la vida y la muerte a travez de un vodka moribundo que conoce la confeccion de la suerte.
Quiero creer en mi mente, pensando de mas en el silencio, mientras desbarato el tiempo con un cigarro.
Regalame la vida en una muerte, que derramar la sangre me encadene a ella, mas veces que la justicia y no tantas como la suerte.
Jugando inquieto, descarno un cadaver, ya gobernado por gusanos, de los que se escapo el suspiro, floreciendo a un lado, germinando un sonido.