¡Revientan! mis pupilas al mirar,
¡distorsionan! mis oídos al oír,
no quiero más mentiras al azar
en un mundo imperfecto en que vivir.
Yo traigo mi mochila plena y llena
ofrezco la igualdad para mi gente,
retengo la maldad como condena
al entregar La Paz como aliciente.
Quisiera comprender al que se inhibe
de llevar una Paz libre y sincera,
que ayude al poderoso que cohíbe,
vivir en sociedad de otra manera.
Requiero la virtud de convivir
con el hombre que contrae libertad,
que quiera, aquel que si desee existir
en el espacio libre, de verdad.
La Paz, siendo sinónimo de afecto,
requiere entendimiento entre los hombres,
supriman, no defiendan los defectos
en proyectos factibles de prohombres.
El hábitat común es agredido.
Las plantas y animales, que compongan
su hábitat, y al hombre sea cedido
para guardar las vidas que propongan.
Con la Naturaleza, más belleza,
cuidar de nuestro entorno es lo vital,
de animales copiar su otra nobleza
y bebamos la vida en ancho Grial.
Roberto J. Martín