Ahora, vivo lo que después esperaba.
Ahora, acelero y en el después no me freno.
Ahora, asumo que después se pierde.
Ahora, no finjo porque del después he aprendido.
Ahora, batallas lo que después esperabas.
Ahora, controlas al después que demora.
Después, sientes lo que ahora importa.
Tus miedos no afrontas, si el después te devora.
Después te sorprendes, de lo que ahora decidas.
Ahora, no dejas al azar tu presente,
no crees en la suerte; la dejas para timbas de póker.
Después, caes bien porque te vuelves persona.
Después, sonríes porque ahora vives.
Ahora, tus errores se convierten en gloria.
Solo los valientes sabrán de qué va la historia...
Y para los restos tendrán estas reflexiones en su memoria.
El después no vence al ahora que aprende.
Ahora, duele. Después, ya eres fuerte.
Defiendes tu persona silenciando tus valores.
Ahora, evitas todo tipo de discusiones.
Las demostraciones son para las personas que son importantes,
no para las que no conoces, no dejes que te afecten.
En el después corrías a ciegas y pisabas mil mierdas.
Ahora, caminas y te fijas en detalles que no veías.
Ahora, el después te sorprende dándote la vida para vivirla.
¡Descubres que tú decides ahora lo que después sientes!
Ahora actúa, pero después calla.
Ahora gana o pierde, pero después vence.
Ahora no te rindas; después, el tiempo termina.
Ahora sabes que un error te puede costar la vida.
No dejes que el «después» gane la partida.
Ahora defiende tu apellido,
y después regálate un destino.