Que carnavales que viví en mi juventud.
Fueron de dicha y felicidad, esas
amanecida con bebidas y con un amor,
playa, mar, una fogata.
Que venga un marisco y, otro con chancho asado.
Regresar a casa a descansar, para luego empezar.
Y los buenos amigos que eran
de verdad, que te respetaban y cuidaban
hasta tu bolsillo.
Hoy no veo eso porque,
hasta en la bebida te ponen algo para
que te quedes dormido, y así poderte
limpiar los bolsillos.
Por eso que en mi
tiempo fueron maravillosos de dicha y felicidad.