Matias 01

Diario (20 setiembre 2024)

Rígido como una piedra, como un mineral

cansado,

al pie de un viejo árbol,

mirando el horizonte sangriento.

Así estoy ahora.

 

Si, como un granito antiguo de ojos vacíos,

ceñudo,

fatídico y perjuro

hasta el día, y quizás sea hoy mismo,

en que el atardecer sea bueno

y venga en el socorro de mi alma.

 

Ay, pobre diablo de mí, del áspero sistema

que arrima al hombre

y a sus huesos,  

a la quebrada y las ojeras de la tierra.

 

¡Me estoy riendo…! -como un imbécil o un loco

perdido

en las grietas de su ferrocarril deshabitado-

¡Me estoy riendo!

Con los sufridos huesos que se echan a correr

felices

por la arena del crepúsculo.

 

Podría mantenerme así, con el aire positivo,

sórdido como un corcho,

de una nube hacia otra nube

de una botella de vino hacia otra,

con la saliva del insomnio viajando hacia el ayer.

 

¡Me estoy riendo como una mierda, con la risa

de la hiena, antes de entrar al manicomio! 

¡Me estoy riendo de mis retratos, con esa sonrisa

que es una forma

de mandar al carajo a la alegría…!