Mijael, toro pequeño, imparable,
tu fuerza en el campo es puro estallido,
cada paso tuyo es un rugido,
y al balón lo dominas implacable.
Con rabia en los ojos, vas al encuentro,
no hay rival que soporte tu embestida,
y aunque seas un niño en esta vida,
llevas la furia del toro por dentro.
Eres pequeño, pero fuerte y fiero,
como un viento que arrasa sin piedad,
cada gol que marcas es verdad,
es un grito salvaje, es tu sendero.
Corres, ardes, como un fuego violento,
y en tu pecho late un corazón amado,
no hay poder que detenga tu paso bravo,
ni sueños que se pierdan en el viento.
Mijael, eres furia, eres poder,
un toro que no teme la batalla,
y con cada paso, el mundo estalla
bajo tus pies, listo para vencer.
Pero en mi pecho, un dolor escondido,
Un recuerdo que guardo en el silencio,
mas mi orgullo por ti, tan grande, intenso,
es más fuerte que todo lo perdido.