Mi princesa princesa no te preocupes.
Si te dicen chaparrita, si te dicen pecosita,
o allá va la gordita, porque yo
siempre te voy a ver bonita.
Tienes a tu lado a un hombre que ama con locura tu pecho, tú aroma, tus cabellos,
cada curva de tú cuerpo, tanto
que me volví adicto a tus besos.
Mi princesa no te preocupes, porque
cada vez que despiertes,
no pararé de quererte, y admito
que me da miedo perderte;
es que eres una reliquia tan deseable, tan invaluable
que mi amor por ti es inevitable.
Se que habrán días que estarás estresada, desmotivada, enojada;
aun así me seguirás enamorando
con tu tierna mirada, con esas mejillas rosadas, con esa forma de hablar aún si charlamos por celular, me haces producir hermosos destellos en mi mente como lo hace un cohete.