En las montañas de mi alma,
las estrellas brillan con esperanza,
en las nubes de mis sueños,
el rocío de tu amor se posa.
Las flores del campo otoñal,
son como tus labios que me besan,
los caminos que conducen a ti,
son como mis manos que te acarician.
Los animales del bosque,
son como tus ojos que me miran,
los pájaros que cantan en los árboles,
son como tu voz que me enamora.
Y tú, mi amada mía,
eres la luz que ilumina mi vida,
eres el amor que llena mi alma,
eres la razón de mi existir.
Eres toda una dama
que baila para mi
la danza que mi alma deplora
el objeto de existir.