El aire que nos une mostro cierto desasosiego,
Tal vez previendo la tormenta que se avecinaba,
La luna trémula entre las nubes se asomaba,
El polvo en mis ojos por un instante me dejo ciego.
El viento filtrado como melodía se oía,
Las sombras huyeron y apareció el día,
Tres lunas pasaron y la primavera se esfumo,
Con su calor inagotable el verano llego.
El día más largo con el solsticio arribo,
La cosecha más abundante su llegada anuncio,
Cual sirena de entre las aguas emergiste,
Con las Diosas del olimpo sin duda te confundiste.
Tu piel de nácar iridiscente con el sol se confundía,
Entre olas, arena y versos pasamos el día,
Si el camino he equivocado tú has sido mi guía,
A tu lado todo se vuelve infinita alegria.
Como reloj de arena el día se fue desgranando,
Las sombras de la noche paso a paso fueron llegando,
El cielo su luz encendió como si estuviera preparando,
La ruta que nuestros cuerpos estarán navegando.