FRANCISCO CARRILLO

coronas enlazadas.

Hubo de ser como la vida dice

un manjar, en mesa puesta

hubo un rey y caballeros, quince

y otros seis guardando puerta.

Vive Dios, que se juraron

dar la vida por Castilla

y con tinta y bien lacrado,

lo dijeron en Sevilla.

Que la bandera que ondea

en los centros de mi España,

ha de ser la nueva seña

entre Castilla y la Mancha.

Y que al reino de León

han de llegar las noticias

que su escudo y su blasón,

lucharán por las Castillas.

Que España busca su unión

entre nobles y bizarros,

que sus tierras van unidas

como novios de la mano.

Se anunció en tierra santa

y fueron los dieciséis

los testigos de esta carta

entre quince, uno rey

y otros seis, que allí esperaban.

Como el polvo mueve el viento

como las olas mandadas

esos seis, de allí partieron

por los rincones de España.

Con la nueva de la unión

con la bandera mezclada,

Que Castilla y que León

su unión, así la sellaba.

Y fueron la misma tierra

pues nació de las entrañas,

orden fue de quince espadas

y una corona de estrellas.

Hoy por hoy, aún se cuenta

que Castilla y León

siguen siendo de esa unión,

para todos una tierra

dos banderas con blasón

firmadas en una mesa.

Fueron quince y uno mas

los que hicieron la proeza,

de que en tiempos de Castilla

León, se uniera a ella.

En el centro de mi España

cuando dos reyes se besan

son coronas enlazadas,

y la unión de sus riquezas.