Hubo de ser como la vida dice
un manjar, en mesa puesta
hubo un rey y caballeros, quince
y otros seis guardando puerta.
Vive Dios, que se juraron
dar la vida por Castilla
y con tinta y bien lacrado,
lo dijeron en Sevilla.
Que la bandera que ondea
en los centros de mi España,
ha de ser la nueva seña
entre Castilla y la Mancha.
Y que al reino de León
han de llegar las noticias
que su escudo y su blasón,
lucharán por las Castillas.
Que España busca su unión
entre nobles y bizarros,
que sus tierras van unidas
como novios de la mano.
Se anunció en tierra santa
y fueron los dieciséis
los testigos de esta carta
entre quince, uno rey
y otros seis, que allí esperaban.
Como el polvo mueve el viento
como las olas mandadas
esos seis, de allí partieron
por los rincones de España.
Con la nueva de la unión
con la bandera mezclada,
Que Castilla y que León
su unión, así la sellaba.
Y fueron la misma tierra
pues nació de las entrañas,
orden fue de quince espadas
y una corona de estrellas.
Hoy por hoy, aún se cuenta
que Castilla y León
siguen siendo de esa unión,
para todos una tierra
dos banderas con blasón
firmadas en una mesa.
Fueron quince y uno mas
los que hicieron la proeza,
de que en tiempos de Castilla
León, se uniera a ella.
En el centro de mi España
cuando dos reyes se besan
son coronas enlazadas,
y la unión de sus riquezas.