José Fas Fonfría

ALLÍ ESTABA ELLA.

ALLÍ ESTABA ELLA


Allí estaba ella.
Con todo su esplendor, con todo su colorido.


La copa de vino.
Su color me inducía a mirarla.
Ella, me miraba también, así empezó todo.


No podía entender lo que pasaba,
no podía ceder ante ella.


Yo tenía mis limitaciones, pero…
me cautivó y… probé su sabor, y… volví a probar.


Me envolvió su aroma, su apetitoso deleite,
me emborraché de placer.
No solo físicamente, también…
en lo más profundo y metafísico de mi ser.


Me dejé llevar…
la embriaguez se apoderó de mí.


Al final desperté.
Me sacudía una fuerte agitación.
La copa de vino se esfumó,
dejándome un sabor amargo.


¡¡Todo había sido un sueño!!