Francesco Alaniz

Vacíos

Y es aquí,

en la inmensidad de la poesía, donde mi vacío profundo

se sacia con la palabra.

 

En mis abismales periferias,

esas que se disfrazan y se adaptan,

de salvaje origen ,

flemático, sanguíneo, magmático y somático,

sumergido en ese algo,

que en ninguna generación se podrá terminar de explicar.

 

Distracciones, deudas, fronteras,

discapacidades tangibles,

formas deformadas,

sueños incompatibles.

sobrevivencia.

 

En el pozo de las expectativas,

el vino resulta la mejor tinta,

intergeneracional y multigeográfico,

sumerge las letras en una copa,

cuyo cristal es la vida,

ese que como un vaso de barro lleva un tesoro,

frágil, mortal pero poderoso y fulminante.

 

Aglomeradas mis emociones, 

compitiendo entre si con las demás,

como cachorros llamando la tención de su amo,

así disvaría mi mente,

al son del momento,

a la efusividad de la necesidad,

al viacrucis de la mascara,

la que sostiene y mantiene.

Nunca lo esplendoroso ha sido fácil.