[Ofrenda poética con la que el jienense Fernando Villaldea homenajeaba a su mujer, Mari, invicta por decimocuarto año consecutivo en la arena del Alzhéimer]
AMOR, ¿CÓMO ES QUE TE TENGO?
¿Cómo es que tú sigues dentro
de la memoria dormida
de un corazón fiel?
Amor, ¿cómo es que la quiero?
¿Cómo es que la miro y siento
que sigue siendo la misma
cuando ya no lo es?
Será que el tiempo desea
que me ponga a prueba
hasta que cambie mi concepto del amor,
para que la vea
como si supiera
que es ella quien me hace y me ha hecho ser yo.
Y si de mí no se acuerda
tendré entonces que cuidarla,
regalándole en mi entrega
«te quieros» con la mirada.
Amor, ¿cómo no me amargo?
¿Cómo, si estoy tan cansado,
no consiento que lo triste
mine mi moral?
Amor, ¿cómo aún aguanto?
¿Cómo es que me empeño tanto
manteniendo en imposibles
su felicidad?
Será que la vida quiere
que yo me supere
en todos los aspectos de la voluntad,
hasta que me entregue,
pese a lo que llegue,
llenando de momentos su cruel soledad.
Y si un día se le olvida
tendré entonces que besarla,
dedicándole en sonrisas
«te quieros» con la mirada.
Sin embargo, aún me pregunto
qué es lo que ella siente hoy,
si soy fantasía en su mundo
o el mejor marido soy.
Porque a veces hay destellos
de aquella mujer que fue,
pero en otras mis recuerdos
se quieren anteponer.
Qué más da. Seguimos juntos.
Diferentes. Pero juntos.
Y si no me reconoce
tendré entonces que abrazarla,
susurrándole a voces
«te quieros» con la mirada.
Conglomerado de egos (2024)