En un mundo sin olvidos
mis lágrimas calladas afloraron.
Invisibles ausencias del ayer
¡Culpables del silencio, donde me dejaron!
Con el corazón dividido
mi diario con páginas en blanco,
y este miedo devorandome el ser
¡Como un ángel, contando mis pecados!
Estoy como un soldado herido
esperando morir, solo y desangrado.
Reminiscencias de mi perdida fe
¡Por todos aquellos que de pronto se marcharon!
Soledad de este tiempo tan frío
donde mis sueños despertaron,
donde nada de mí pudo trascender
¡Y hasta mis sombras se desperdigaron!
Una cruz sin un cristo
sin un agua bendita entre mis manos,
un espejo donde me puedo ver
¡Como tantos otros que solo me ignoraron!
Mis secretos más prohibidos
en mi mundo por mí ya profanado,
una tristeza nueva por recorrer
¡Y el dolor con el que aquí me crucificaron!