Mi pequeña dormilona, el viento hace bailar las hojas en otoño cuando por su vejes del árbol se dejan caer,
ellas con su vaivén nos cuentan las historias de los enamorados cuando la primavera las vio nacer.
Mi pequeña dormilona, las estrellas muestran su resplandor y de noche se dejan ver,
ellas iluminan a los enamorados que juntos se apasionan hasta el amanecer,
cuando van a su descanso,
más de algún secreto han de tener.
Mi pequeña dormilona, en el mar los peces nadan sin cesar,
pero en la estela de su nado vemos un océano de lágrimas con penas,
de dolor pero mucho amor que endulzan la vida de cualquier nadador.
Mi pequeña dormilona, en los sueños las ilusiones se dejan ver,
cargadas de emociones y sentimientos que solo tú puedes entender,
quiero velar por tus sueños para que no los vayas a perder y despiertes cada día pensando que estas en el Edén.
Mi pequeña dormilona, una rosa en el jardín es frágil, hermosa,
su belleza ilusiona y apasiona,
las mariposas las eligen para descansar de su vuelo,
para llenar de energías con ese magnetismo con el cual las rosas suelen entregar placer.
Mi pequeña dormilona, en mis brazos quiero que estés,
que sientas la confianza y seguridad con la cual tus sueños velaré,
con seda te abrigaré y con pétalos de rosas te protegeré,
en el mar de lágrimas de amor refrescaré y en las nubes nuestro nido,
iluminado por las estrellas para que sellen nuestro camino juntos
y que los peces cuiden nuestro verdadero querer.