Alexis M

Doctrina N°37

Ya había aprendido a estar solo 
Lo he practicado tanto que se volvió mi doctrina 
Me he acostumbrado tanto al vacío que cualquier compañía ignoró 
Me quedé sentado esperando, viendo corazones unidos a través de una vitrina 

 

No me duelen las cicatrices y la fuerza ya no me falta 
No se siente frágil mi corazón pues ya es frío y duro 
Al mirar algún interés el pobre ya no se detiene y de alegría salta 
Se quedó ciego, incapaz de ver la luz, por haberse acostumbrado al abismo oscuro 

 

Ojos luminicentes han ido en su búsqueda 
Ninguno lo ha encontrado y sacado de su escondite 
Labios cálidos le han enviado besos que traspasen su cúpula 
Pero ninguno de ellos podrá ser capaz de que el frío de la desolación le quite 

 

Distinciones entre amores pasajeros y estables ya no le quedan 
Su razón ha quedado tapada por una cortina 
Esperanzado está de que voces elocuentes convencerlo puedan 
Y por fin logren librarlo del miedo a enamorarse que lo domina