Y veía, como se elevaban por encima de la multitud,
aquellas canastas de pita, artesanales,
surtidas no solo de cigarros y golosinas,
sino de esperanzas,
cargadas de expectativas, de esfuerzos,
en cada tabaco vendido, una sonrisa
en aquella vendedora que a punta de chicles
sostiene las promesas de su familia.
repletas de historias,
así elevan sus canastas,
pues levantar banderas no da de comer,
hoy levantan ellas sus guacales,
para que sus hijos mañana no levanten armas.
Sonrientes, parlanchinas, cautelosas,
vivarachas, de camisas coloridas
y miradas apagadas,
pero de luz inclaudicable.
\"A 2 x 1 los cigarros amor,
le regalo un chicle por la compra\"
la sofisticada publicidad de la necesidad,
el neuromarketing de la calle,
la economía creativa,
las mujeres de las canastas,
las que forman y forjan a la patria.
Por las frías pasarelas
van las mujeres desfilando sus canastas.
revestidas del poder que les protege,
erguidas en exquisita postura para lucir las mercancías
que de moneda en moneda suman la meta.
¡Cuantas canastas harían falta madre mía,
cuantas serían necesarias de vender,
para mantener a esta nación entera,
para comprar las ilusiones,
para sanar las heridas,
cuantas canastas se venden para comprar dignidad?.