PAU-SAN

LA LLAMA DEL SEDUCTOR

 

Te saltó en la cara y en el corazón,

cuero y lubricante.

Dime que me quieres, pero ahora no

Dejaste la sonrisa clavada en la puerta

olvidando la húmeda  lengua en mi piel…

 

Aun mis pies recuerdan tus pasos