Sé que te besas con mil chicos,
sin dar valor a lo que un día fuimos.
Tus labios, que antes guardaban promesas,
ahora son viento que se pierde en otros.
No hay exclusividad en tus caricias,
ni verdad en tu mirada cautiva.
Eras mi refugio, mi mundo perfecto,
pero hoy eres sombra, vacío y eco.
Y aunque duela saber que te compartes,
mi corazón no mendigará lo roto.
Tu amor fugaz se va con cada beso,
y en su lugar, me encuentro a mí mismo.