Francesco Alaniz

Universalista

Cabalgan insolentes,

como bestias indómitas,

en el corral de mi mente,

las ideas galopantes, 

cuasi cabros irrefrenables 

en las parcelas de mis pensamientos.

 

Persistentes, recurrentes, absorbentes e insistentes,

reincidentes, irredentas e insurrectas,

indescriptibles.

 

Entre multitudinarias ideas,

me sumerjo encaprichadamente en una,

en la que trata precisamente de escapar de las demás,

la desproporcionada e incompatible 

en medio de las otras,

entre la cordura y el deseo,

entre la razón y la pasión.

 

Inaudito e inédito,

así es el almacén del pensamiento,

pero más que unicentrista,

deseo ser universalista.