En el jardín de mi alma, florece un rosal,
Con pétalos de seda, rojos y brillantes,
Y en cada rosa, un susurro constante,
Que dice tu nombre, y me llena de afán.
Y en mis sueños, te veo, siempre presente,
Con tu voz melodiosa, que me llena de paz,
Y en cada instante, mi corazón te alaba,
Y te ofrece su amor, sin miedo ni lamento.
Y en mi pecho, un volcán de pasión arde,
Que solo tu mirada puede calmar,
Y en cada beso, un fuego que me inflama,
Y me hace olvidar el dolor y la amargura.
Y así, mi alma se entrega a tu belleza,
En un mar de pasión, sin límites ni fin,
Y en cada latido, te siento más cerca de mí,
Y en cada instante, te amo con más fuerza.