El error nos porduce cierto terror, también vergüenza y culpa. Bajamos la mirada y nos reprochamos no haber sido capaces de acertar, es escoger lo opción correcta. Desde nuestra infancia hemos vivido en una sociedad que puede premiar el acierto y penalizar el error. Cuando nos presentamos aun examen, si acertamos las respuestas sumamos, pero en contrapartida se puede decir que los fallos, cuentan cero. El error para nuestro sistema educativo es esteril y vacío, pues en realidad poco o casi nada podemos hacer d el..Nuestro miedo a equivocarnos se traduce a menudo en miedo a decidir. Ya que si no decidimos no podemos fallar. Y si no fallamos no nos hacemos reproches, ni tampoco en buena medida nos nos sentiremos culpables. Resultado: Parálisis.