Oh noble amigo de leal mirada
que guardas con fervor nuestro camino
en tu silencio hallo yo el destino
tu compañía es siempre deseada.
Tu lealtad no entiende de barreras
ni de tiempo, distancia o soledad
en tus ladridos encuentro las maneras
de sentirme en paz y en libertad.
Tus ojos, como estrellas en la noche,
brillan con el amor más verdadero,
sin pedir más que un simple roce.
Nunca un alma mostró ser tan sincero,
tu amistad, mi querido, es un derroche,
eres mi guardián, mi compañero.