Dolor, tú que entras cual sombra en la vida
no te creas un sabio, ni un arte divino.
Eres eco de penas, un frío desgano
un ladrón de sonrisas, un llanto perdido.
Tus garras son frías, cual hielo de invierno
y en tu abrazo pesado, el alma se quiebra.
Te vistes de duelo, en trajes de sombras
mas no eres maestro, solo fiera que acecha.
Oh, dolor, en tu danza, no hay rima ni canto
solo gritos ahogados, quejidos de espanto.
Te disfrazas de lección, cual fiero carcelero
mas en verdad, eres un peso eterno.
No eres luz que ilumina, ni faro que alumbre
sino abismo profundo, que todo consume.
Tu voz es un eco que ahoga la risa
y en tu triste presencia, la paz se desliza.
Te lo ordeno, dolor mío, retírate lejos
deja el alma en calma, suelta tus espejos.
No eres más que un mito, un paréntesis vano
un estallido sin forma, un suspiro insano!
Me va a doler? Es una pregunta frecuente que nos hacemos ante cualquier evento que amenace a nuestro cuerpo o integridad y el mismo cuerpo se coloca en modo de escape ante el peligro. Deseamos evitar el dolor a toda costa y la actitud de enfrentarlo y gestionarlo es la correcta.
Mira que ni me dolió! : Era la frase desafiante de mi segunda hermana ante cualquier castigo de mi madre, y con eso le decía que su castigo había sido en vano, a riego de que el castigo se extendiera.
Este antipoema al dolor busca definirlo y reducir su impacto con calificativos.