Está vida no es fácil,
ni para hacer una hoja de papel;
Una hoja manchada
con las gotas de ojos
de profunda visión
y profunda pasión.
Esa visión
que envuelve el interior
con mantas,
para protegerlo
de las adversidades
y aquellos males
de las cotidianidades.
Esa pasión
que asimila los detalles.
Presta atención
a su sentir,
como las de otros también,
en su suave emoción
y en su loco procesar.
Esa visión,
a veces incomprendida,
que no está preparada
a todas dificultades
ni sabe explicar
de la mejor manera
siempre su percibir.
Ese apreciar
que esconde,
queriendo o no,
sus pesares
para no incomodar
a sus cercanos
o a sus hermandades.
Esa pasión,
catalogada de clásico,
que fue poco a poco
dejado de lado,
y el cual le es dificultoso
hallar a aquel ser
que lo sepa comprender,
comúnmente tendiendo
a tener el mismo padecer.
Esos sentimientos
de gran humano
que se ha expresado
no siempre siendo en vano,
mas que le hace daño
cuando nota
unos falsos halagos.
Esa visión
que cuando está muy triste
quiere ocultarlo
moviéndose por otros lados,
ya que evitar quiere,
los engaños
y malos desengaños.
Esa persona
que le da su toque especial
a los días,
a las cosas,
o a las conversaciones,
queriendo entablar
comodidad sin forzar.
Esa pasión
que a sí misma se siente sonsa
sin sentido,
y en lágrimas en silencio
le cuesta entender
que el exterior
no parece saber manejar
el amor verdadero,
el cual desea encontrar.