JAGC

SIEMPRE QUE OLVIDO SU NOMBRE

Siempre que olvido su nombre

en las noches monacales

cuando mis ojos se cierran

y las pestañas avientan

de mi convento sus letras,

se emborrachan mis recuerdos

con el licor de su ausencia.

Sus ojos en mis pupilas

sembraron con agua fresca

miradas, como azaleas,

florecidas en otoño

junto a mis hojas ya secas,

que fueron dulces ungüentos 

en otras noches ya viejas.

Siempre que olvido su nombre

cuando las nubes despliegan

en mi cabeza la amnesia,

al levantarse la niebla

aparece en mi memoria

una avalancha ordenada

de imágenes con nuestra historia.

 

 

JOSÉ ANTONIO GARCIA CALVO