Este fuego que incendia mi interior
y sin tregua calcina mis entrañas
y de llanto recubre mis pestañas
partida de lamento y de dolor.
Este fuego que corre por mis venas
que martiriza y que mi mal encona
que me lapida y me descorazona
y a tu recuerdo me ata sin cadenas.
Entre mis manos arrugadas, llevo
un farol alumbrándome el camino
cubierto de zarzales y de abrojos.
Se desploma mi vida y no me atrevo
a recoger los trozos que el destino
provocó que me hundiera ante tus ojos.