Mi cuerpo fugaz
volverá a la Madre,
y será átomo inquieto
de pétalo,
grano rojo de arcilla
en manos del viento,
pezuña, escama,
gota de sudor...
Mi cuerpo fugaz
volverá a la Madre,
tu cuerpo longevo permanecerá,
pero aún
hasta tu cuerpo inmemorial
se evaporará
y volverá a la Madre.
Tu cuerpo y mi cuerpo,
que son un mismo cuerpo,
son finitos,
devienen,
mutan,
hasta dispersarse
y ser universo.
Por eso somos eternos,
y más eternos somos aún,
porque somos Vida.