Gonci

Pozo sin fondo

El pozo oscuro se abría ante él, una boca voraz que reclamaba su alma. Las paredes, húmedas y resbaladizas, parecían cerrarse sobre él, ahogándolo en una oscuridad impenetrable. Un frío gélido se apoderó de él, como si hubiera caído en un pozo sin fondo. La oscuridad lo envolvía como una manta, y una voz gutural, similar al siseo de una serpiente, le susurraba tentadoras promesas.

Sus ojos, dos abismos negros, parecían perforar su mente. \'Ven conmigo\', susurró una voz suave y seductora, \'y encontrarás la paz\'. Pero el  sabía que esa paz era una ilusión, una trampa mortal. La serpiente de la adicción, representada por la brillante raya blanca, se enroscaba cada vez más en su corazón. La visión de la línea luminosa lo tentaba como una sirena, prometiéndole una fuga momentánea de la realidad. Con cada inhalación, sentía la urgencia de ceder, de perderse en el olvido.

Cada vez que sucumbe al placer efímero, como una mariposa a la llama, se sumerge más profundo en las tinieblas, donde la soledad lo espera como un amante traicionero. El mundo se desmorona a su alrededor, y con él, la confianza de aquellos que más le quieren. Es hora de asumir la responsabilidad de sus actos y reconstruir los puentes que ha quebrado.

 

Sentado en la orilla del mar, observó como las olas se estrellaban contra las rocas. La vida era como el océano, llena de tormentas y calma. Había sobrevivido a una gran tormenta, pero ¿estaba preparado para lo que el futuro le depararía?