Escribí sobre la nostalgia
Sobre un atardecer atravesado por un manantial
Sobre salpicaduras y golondrinas.
Escribí sobre ti, mi amor
Sobre nuestro amor, sobre tus caderas frescas y tus senos luminosos como una lámpara azúl.
Ay poesía, cuánto tiempo transcurrió?, no lo sé, pero me ayudaste a aliviar mi pecho de tanto sentimiento.
Conocí la ternura de mi alma
Les hable de tu inocencia y tú picardía.
El viento gritaba y sembré en tu vientre más lazos de plumas y papeles.
Caí en la dentadura de la terrible nostalgia
Y le dije «deja de ser una seductora mentirosa. »
Ay poesía
Contigo deslice mis dedos por estás colinas intrépidas
Cabalgue en San Martin y tejí con mis manos de soñador la bufanda de la intemperie de tu desbocada fragancia, asi, tallando tu rostro de gitana y sal en mi cuaderno y dibujando tu retrato.
Gracias poesía, por mostrarme el camino, por enlazar mis versos en tu pavimento de carretera férrea y remota, cristalizando mis pupilas y dándome la musa que componen estos versos sentidos.