La poesía que escribo carece de convicción y propósito, es una reflexión sobre la necesidad de hacer un reconocimiento artístico de la vida como un examen de la capacidad del ser humano de comprenderla y comprenderse a sí mismo como su criatura estoicamente. Buscando la verdad en el resultado de nuestra persecución del deseo y su influencia en los estados transitorios de la mente, podemos descubrir que la vida es un fenómeno—impermanente, esplendoroso y doloroso al mismo tiempo—del cual el arte es una manifestación etérea que puede ser un alivio espiritual del sufrimiento.
HuGóS | 9-25-2024 | 10:57 p.m.