Lourdes Aguilar

25 DE SEPTIEMBRE

Después de tan cruentos calores

La estación lluviosa llegó acentuada

Por ambos lados tormentas llegaron

Y aunque se anunciaron con tiempo

De sus efectos pocos se preocuparon

 

Turno nocturno me tocó ese día

Cuando se soltaron el viento y la lluvia

En la oficina se formaron goteras

Y los baldes no me alcanzaron

La compañera de relevo agitada

Llegó escurriendo cual sopa

 

El autobús de personal llegó retrasado

y nos llevó en pleno aguacero hasta el centro

que parecía más bien canales de Venecia

Sin nada en qué transportarnos

entre uno que otro auto varado

Emprendí la caminata a mi casa

(podría nadar de ser necesario)

Sola con un delgado impermeable

Rogando no caer en una zanja

Mucho menos toparme un cocodrilo

 

Las ráfagas en mi se estrellaban

Afortunadamente llevaba mis chanclas

después de casi dos horas de tropezones

Mi casa hallé sin luz e inundada

Mas eso ya no me importaba

Urgía más cambiar de calzones