Rafael Michel

HARTAZGO

¿Que hable el corazón!

En la plaza resuena un clamor, 

un grito profundo, un eco de amor, 

hijos de un tiempo que espera y anhela, 

en la sombra, el hartazgo nos desvela. 

Voces apagadas, sueños en fuga, 

un anhelo de piel que jamás se fuga, 

buscando el instante en que se despierte 

la luz en la vida, el rumbo que muerde. 

 

Democracia, musa de mil corazones, 

promesa de vida, de nuevas visiones, 

la senda serpiente de balas y promesas, 

pintores de un futuro en aulas, mesas. 

 

Por el presidente, por un gobernador, 

por un dipitado, un senador en la elección,

va el pueblo a votar, 

con la esperanza de un nuevo amanecer, 

de un canto sincero que se escuche al volver. 

 

Ya no más sombras que nos ven pasar, 

queremos caminos donde pueda brillar 

la justicia viviente, la voz del que espera, 

un cambio sublime en esta trinchera. 

 

Son muchos los rostros que llevan el peso 

del desencanto y del cruel exceso, 

de un pasado que ahoga, de un hoy que desdibuja, 

pero el fuego en el pecho nunca se arruga. 

 

Que florezca el anhelo en los campos marchitos, 

que broten los ríos de sueños benditos, 

y que la democracia, con su luz transformadora, 

sea el faro eterno de esta nueva aurora. 

 

Por cada rodilla que toca el suelo, 

por cada susurro que busca el cielo, 

acudamos, unidos, a construir la elección, 

que el hartazgo sea fuerza, ¡que hable el corazón!

                                                                                                         Rafael Michel