No hay dios que borre los pasos del destino,
ni viento que apague el fuego que hay en ti.
Lo que está marcado en las estrellas,
se cumplirá, aunque intentes huir.
El tiempo es testigo de lo inmutable,
lo escrito sigue su curso, sin desvío.
Caminas sobre un lienzo eterno,
donde cada trazo es tuyo, limpio o sombrío.
Ni la tormenta, ni el eco de los años,
pueden cambiar lo que ya ha de venir,
porque lo que es tuyo, siempre te hallará,
en cada rincón donde decidas vivir.