Espuma del mar sobre peña inquieta,
Reposa el ave que pregunta y muere
¿Tienes tu, los brazos que más quieres,
O el alma tienes como cosa incierta?
Bajó la lluvia a mi peñasco tenue
Y reposó la rosa que de amor no quiere.
Visitaré tu alma ya que necia eres
Me lo dijo el viento, su secreto tienes.
Tienes el sol como balastro errante
Y las estrellas mías como bien lo gustes,
Eso sí, que de mi amor no busques
Que las espinas hieren y la flor os mata
Y es mejor herirte que por muerte quieras
Porque el alma tienes como cosa ingrata.