Francesco Alaniz

El OrĂ¡culo eterno

Interceptado por la angustia,

entre lo inicuo y lo inocuo,

acechado y sofocado,

castigado y apremiado,

con el corazón por explotar,

las emociones al colapsar

y las heridas por sanar.

 

Una entrevista unilateral,

una conexión inusual, atemporal y permanente,

repleta de algoritmos aleatorios, 

situaciones equidistantes,

desbalances entre el sentir y la razón,

incógnitas inéditas.

 

En ninguna de sus dimensiones la oración es pasiva,

inerte o estática,

es realista y pragmática,

pero cualquiera que sea su faceta,

es esta un monólogo, 

cuyas respuestas brotan en frecuencia 

de la intensidad y profundidad

en la que el alma suele vibrar.

 

Capítulos por narrar.

anécdotas por atesorar

y tesoros por conservar.

el tiempo que no se logra frenar

y el espíritu que no se puede domar.