Trabajaba en una oficina donde, venían inquilinos, una administración.El salario, no era muy bueno , pero con las famosas cuotas de la tarjeta, me permitía llegar a fin de mes.Por suerte no tenía que pagar alquiler, gracias a mi tía, soltera, heredé, el pequeño piso.El jefe que tenía era bastante gruñón. Creo que en el fondo muy en el fondo, tenía un dulce corazón.Al menos en los hechos lo demostró,un par de veces con sus empleados.Estaba detrás de la ventanilla y miraba por encima de las gafas.Lidiaba con dueños prepotentes y los inquilinos, otro mundo.Yo conversaba, cuando llegaba Tomasa, con la excusa del descanso, la invitaba a tomar un café, en la cocina que teníamos en el fondo.Al jefe no le gustaba, pero él también le tenía afecto.Tomasa religiosamente, venía los días diez, de cada mes a pagar su alquiler.Traía olor a lejía, era limpiadora doméstica, trabajaba en varias casas.Sin embargo, todos sabían su historia, cuando se demoró en el pago.Si bien fue una operación, programada, con mucha anticipación, luego tuvo que guardar reposo.Había tenido dos hijos y al mayor se le complicó uno de los riñones y ella fue su donante.Después de eso, recuperó la alegría, su cara se le transformó, le había salvado la vida a su hijo.Yo la admiraba en su generosidad y estoicismo, y no era quejosa, como la gran mayoría que conocía alrededor.Ella a fin de año, siempre venía con un detalle para mi, con algo que había realizado en crochet, por supuesto yo también había elegido con mucho esmero su regalo.
(rosi12)