Francois Sand

Merci pour la déception...

¿Por qué el osado saludo te animaste a dar,  
con un beso que hiere, sin ver mi necear?  
Sin pensar en las sombras que asedian mi rondar,  
cual cristal que se quiebra, mi esencia a desear.  

Un roce que susurra el dolor en su andar,  
sin saber que el amor es un juego fatal.  
Te acercaste sin miedo, como ola abismal,  
mas en mí hay un eco de un viejo candar.  

Tiemblas mi piel marchita con fingida pasión,  
tus promesas son viento que arrastra mi razón,  
y tus labios, traidores, destilan decepción.  

Mas no imploro clemencia, ni busco redención,  
que en el fondo del alma, la triste convicción,  
se teje con desprecio en mi desolación.