Y el ángel por fin pudo amar como se ama la aurora de un día especial como la chicharra que canta pidiendo llover; así canta el alma de este hermoso ser. Iluminado bendito, de inteligencia precoz hallaste el tesoro que alimenta al corazón y es tan grande el amor de Dios, que repartido en el hombre se puede encontrar.
Pero no repartido a pedazos se puede hallar, sino en el amor del pobre mortal, esa dicha que invade mi ser ahora; ángel la puedes conocer, más no el miedo de quedarte solo ni el dolor de perder el amor, tampoco conocerás el llanto de la traición.
Tu amor ángel de luz es puro, no tiene apego carnal, ni tampoco el deseo de querer poseer o encadenar, tu amor no te atrapa, tu amor te libera y hace de tu alegría todavía más plena.
Ángel: Oh! amada mía, esposa mía, haces que mi corazón palpite con mayor fuerza o mayor rapidez, la verdad no entiendo este sentimiento que hace de mi alegría un éxtasis.
Amada: Con tan tiernas alas arrullas mi mente y un viento cariñoso tranquiliza mi ser y mi alma dormita en la dulce melodía de tus cuerdas vocales al vibrar. Tus palabras endulzan mis oídos y traspasan mi alma inundando mi corazón de amor.
Ángel: Somos dos seres distintos, somos dos cuerpos incompatibles pero un mismo espíritu que no se distingue donde comienzo yo y donde terminas tu. Mas en esta mezcla de dos almas que se unen por un sentimiento, tan inmenso que no tiene a la mente cabida, es donde vivo es donde existo es donde soy solamente tuyo.
Amada: Es en el amor donde existimos, donde el tiempo se detiene y el Espíritu vive eternamente unido, donde ni la polilla ni el paso atroz del tiempo pueden ir devastando lo que tenemos.
Ambos: Aquí es donde existimos y cantamos a este amor verdadero, a esta maravilla llamada vida y esta alegría que nos invade el alma. Aquí es donde juntos por siempre estaremos aquí es donde en realidad nacimos y donde jamás moriremos. Aquí es donde vivimos el amor.