Palpitante y cuajado de rocío
en el mágico eden de tu pradera,
el cáliz de tu flor abierto espera
ardiente de pasión al labio mío
Navegaron mis naves por tu río
izando en cada puerto mi bandera,
en mi invierno estalló tu primavera
que aromó en su fragancia mi albedrío
Amanece en el sol de tu sonrojo
el fulgor inmortal de tus estrellas,
se coronan mis nubes de centellas
que bañan en su luz tus labios rojos
y se abren paraísos si destella
la sonrisa infinita de tus ojos