RESABIOS DE UNA TARDE.
Aún quedan resabios de aquella tarde,
recreando tu recuerdo aún no añejo;
Tú, galante y desnuda ante el espejo,
develando tus encantos con alarde.
Hoy ante el espejo de esa habitación,
se me fija en el alma tu reflejo,
aunque de cierto expresa la razón,
que hoy otra… Profana tu espejo.
Más tu recuerdo nadie profana,
que aún es vivo en mí y te vive,
como del rescoldo vive la flama,
que aún sin lumbre en él pervive.
Me veo en otro rostro, más tu espejo,
al paso de los años, es fiel a tu figura
y me revela tus secretos sin complejos,
porque entre tú y yo, solo hay ternura.
Y vuelve a mi mente aquella tarde,
que el tiempo se quedó y no devuelve
y aunque hoy te llore. No por cobarde,
lagrima y llorar… Nada resuelve.
Y te recuerdo… Sin olvidarte nada,
cómo no olvida aquella tarde ese fuego,
que por fugaz se pensó, apagaría luego,
siendo en mí, una flama incontrolada.
Flama que abrasa y consume,
prejuicios de un sentir casto y puro
y aunque de hombría a veces se presume,
el hombre ante el amor es frágil. Aseguro.
Autor: Víctor A. Arana.
(VÍCTOR SANTA ROSA.)
Septiembre 27 del 2024.