Me fui alejando poco a poco,
Los arreboles en el horizonte daban señal de un hermoso atardecer,
La jornada ya casi terminada daba señal de un majestuoso día a tu lado,
Los pensamientos enarbolaban y distinguían esos momentos,
Que juntos vivimos.
Las aves trinaban como despedida del día que se iba,
Llegada la noche era síntoma de que todo terminó,
La despedida era un presagio,
Azorado en el albor por lo que pasará,
Me dedicaré a vivir,
Porque lo que viene será mejor.
Saber que estarás como cada día,
Ahora con tu agraciado y exquisito saludo al amanecer.