PROMESA ETERNA
Si el destino nos unió por casualidad,
es para entrelazar nuestra realidad.
Nuestro amor es singular, un tesoro,
un lazo sincero que crece y que valoro.
Te encontré en las áridas costas del mar,
cuando llegué de Cuzco dispuesto a soñar.
Con la seducción de tu profundo mirar,
desde el primer instante te empecé a amar.
Entre tiempo y viento, nuestros juramentos,
frente a adversidades, nos entregamos contentos.
Mantengo el compromiso que hoy revivo,
hecho de caricias, de un amor altivo.
Promesa eterna, hasta el último suspiro,
tú, la razón de mi vida, mi dulce giro.
Renuevo mi voto, te amaré sin cesar,
por siempre mi corazón tu haz de gobernar.
Mañana nos veremos, entre crepúsculos,
nuestra historia tejida en mágicos hilos.
Cuando estemos viejos, casi obsoletos,
bailaremos juntos con nuestros nietos.
Firme a tu lado, el destino en la brisa,
mi amor será siempre un refugio que avisa.
Pueden los años descascarar tu hermosura,
igual de joven te sentiré si pierdes envoltura.
Las flores en el curso pierden su belleza,
pero siempre mantienen su naturaleza.
Podrá el tiempo cruel opacar nos el color,
mas nunca, jamás podrá con nuestro amor.
La anciana mañana es casi un destino,
si la muerte no nos ancla en el camino.
Esta es mi última promesa en la reforma,
lo que mi hondo sentimiento me informa;
con el tiempo, mi presencia se desvanecerá,
pero mi amor por ti jamás envejecerá.
D.A. OHM
Autor: LUÍS APAZA H. Alías: Corazón Bardo
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