Reposan en su trono guerreras incansables de la luz,
su propio brillo encuentra el momento
perfecto donde un nombre alguna vez dañino
se olvida,como se pierde en la inmensidad la tristeza,
de los espacios abiertos en la mente.
La alegría se mezcla con la ternura y él
amanecer despierta con un abrazo perfumando de
las pieles adormecidas,
en las mañanas sonrientes de nuestros ojos.
Eva Estella Parejas Manzanal