He tenido una corazonada
y me he puesto
a escribir
de inmediato,
y para ello he dejado
la tajada de melón
sobre la mesa
y me he bebido
un vaso de agua,
de un golpe de muñeca
y así me la he tragado.
Todo lo que tenía
que razonar
ya está pensado,
lo que llega ahora
son solo
retazos,
de esas cosas
que van y vienen
y que bien meditado
las podía haber dejado
para otra noche,
por ejemplo
estaba cavilando,
en el viernes que viene
que ya septiembre
habremos dejado.
Me distraigo
en la noche,
me la meriendo
y me quedo ojeando,
los diarios de mañana
que ya han comenzado,
a sacar su primera plana
como reclamo.
La luz eléctrica es un regalo,
nos servimos de ella
sin saber
que sin su ilustrado trato,
seriamos a estas horas
unos animales más,
en nuestra guarida esperando,
la salida del sol
para gruñirle,
como si fuera un enemigo más
al que hay que tratar con descaro.