Otxamba Quérrimo

¡Llueven sueños!

DEMASIADO REBAÑANDO EL CIELO CON LOS OJOS
para que ahora, ¡por fin!, lluevan sueños.
¡Pero llueven!
¡Y salpican!
¡Y penetran nuestros párpados abiertos,
inundándonos de vida,
de dicha,
de ellos!
Con poco que nos mojen,
de tanto mirar arriba
volaremos.
¡Y quién no querría volar
engullendo gota a gota,
sueño a sueño,
la lluvia que permea su propia felicidad!
Calémonos entonces hasta los huesos,
o lo que es lo mismo,
hasta resoñar.