Oh, pobrecito mi libro, abandonado en el salón
con un ojo pasa la hoja, con el otro ve la televisión.
Polvoriento y olvidado, en un rincón se encuentra
su tinta guarda historias en las que nadie se centra .
Sus páginas, un desierto, donde el tiempo se derrama
sus letras son el lamento, de una mortecina llama.
Un héroe sin aventura, una princesa sin castillo
un misterio sin resolver, con un futuro sin brillo.
El ojo que lee se distrae, la mente vuela lejos
la pantalla lo cautiva, con imágenes y reflejos.
El libro, en su silencio, observa a diario el ir y el venir
de luces y de sombras, de un mundo superficial sin vivir.
Pero aún guarda su magia, su encanto y su saber
esperando un lector atento, que su historia quiera leer.
Un suspiro en cada página, con un anhelo en el papel
que alguien lo rescate pronto, de este mundo tan cruel.
¡Allí, yace mi libro, entre el polvo y la quietud,
un tesoro olvidado, en busca de una nueva luz.
Ay! que triste el recuerdo, de aquel librito olvidado
que con letras hoy recreo, entre verdes y anaranjado!!
Una de las cosas de valor que tengo es mi biblioteca, soy una lectora voraz y me gustan leer los libros de tapa dura, las versiones digitales son geniales pero el contacto con el libro es como si le conociera y el a mi. Desde el Lunes estoy bajando los libros de los estantes para limpiarlos del polvo del verano y tratar de clasificarlos de nuevo. Coopero con escritores de Barnes & Noble y me regalan sus libros firmados y me llegan de varias editoras, muchos de los cuales regalo a los rincones hispanos de las bibliotecas de varios condados. Para 2025 me he propuesto incentivar la lectura infantil y que los padres donen tiempo en las bibliotecas o escuelas leyendo libros en castellano a los estudiantes de preescolar y elemental y cuento con el apoyo de Amazon para el mismo.
Rescatemos los libros olvidados poetas admirados!