Las nubes llevan milenios tratando de similar tu figura, han perdido el rumbo por el mundo celosas, así como yo me perdí en el océano de tu piel. El agua bebe tu pureza.
Me quiero fusionar con cada átomo de tu cuerpo, incendiar de pasión cada célula tuya. Tu canto salta dimensiones que me hacen poder tocar tu voz en mis sueños. Imploro una noche infinita para morirnos en ella.
Y hablando de morir, que mejor que morir en la firmeza de tus pechos, para así vivir en tus pensamientos y traerte una rosa desde el edén de mis sueños.
Soy fiel al dictado mímico de tu corazón, me hiciste escribir los más bellos poemas con un solo gesto por excelencia, yo diviso en un horizonte lejano dónde físicamente no se puede llegar los susurros más puros de la naturaleza, yo las escribo, pero tú eres quién me lo transmite con tu boca de silencio.