Cobijo de aves del cielo
sombras en días estío
verde como desafío
continuación de los hielos
Retoñar naciente vida
regalo para los ojos
de ti todos los recuerdos
tu mi higuera, mi guarida
De sus brazos me colgaba
jugando por esas siestas
de las tardes calurosas
cómo me balanceaba
Por sus ramas yo trepaba
los tejados de mi casa
y la higuera me acompasa
te quería, te adoraba
Me protegían sus hojas
esa inocencia cuidaba
y su cuerpo me alojaba
aquella mía, ingenua alma