Reverenciamos el pasado porque hay memoria
Imaginamos el futuro por el afán de visión
Es por ello que se extingue el goce de lo que llueve, del fuego en sangre, ocasiones de sostener silencio casi nocturno y las notas flotantes.
Manteniendo errores e idealizando lo faltante.
Estoy aquí andando universos mientras es hoy sin adivinar el antes y el después.
Y me fui y me quedé al mismo tiempo, desnuda ante la gratitud e irreverencia del sol y la luna.
Manifiestos corpóreos brotantes entre pestañas del otro.
Alucinaciones verdes, de un amarillo cansado, humeando entre los labios carmín ya cansados de quien fuese musa del mar.
Similitudes entre nadie, vaguezas entre todos.